MINDFUL EATING/ ALIMENTACIÓN CONSCIENTE

La “alimentación consciente” o “Mindful eating”, es un proceso que permite identificar las emociones y las sensaciones del cuerpo para aprender cuando es necesario comer y detectar cuando se ha saciado el apetito. La alimentación consciente no es una dieta, es un estilo de vida que permite estar en armonía con los alimentos y estar conscientes de lo que consumimos y la forma en que se cocinan los alimentos.

Diariamente, somos receptores de estímulos que emite la televisión, la publicidad, la ansiedad o el estrés, y a los que damos respuesta comiendo más de lo que es necesario, pues la comida y las emociones están estrechamente relacionadas.

Para comenzar a concientizar la forma en que nos alimentamos, te compartimos algunos consejos que te ayudarán a practicar la alimentación consciente:

  • Come sentado y sin distracciones: Permite poner atención a la cantidad que comes e ingerir únicamente lo necesario.
  • Mastica despacio: Además de que disfrutas más los alimentos, facilita la digestión.
  • Bebe agua antes de comer: Al tomar un vaso de agua antes de comer ayudará a reducir la ansiedad.
  • Evita terminar con sensación de estómago lleno: Hay una diferencia entre estar saciado (comer lo necesario) y estar lleno (haber comida de más y sentirse pesado y/o incómodo).
  • Come de todo: El cuerpo requiere de una gran variedad de nutrientes por lo que es importante tener una dieta variada y balanceada.

Deficiencia de hierro en el cuerpo

El hierro es un mineral que se encuentra en el cuerpo, y muy importante ya que es necesario y vital para producir hemoglobina y mioglobina. La hemoglobina es una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos, y la mioglobina en los músculos. Ambas proteínas transportan el oxígeno necesario para nuestro cuerpo.

Cuando hay una deficiencia de hierro se presentan los siguientes síntomas:

  • Fatiga
  • Dolor muscular
  • Mareos y falta de aliento
  • Apatía
  • Indigestión y estreñimiento
  • Falta de concentración
  • Pérdida de apetito
  • Resfriados frecuentes
  • Uñas y cabellos débiles y quebradizos.

Existen algunos alimentos ricos en hierro que pueden ayudar a evitar o combatir los síntomas antes mencionados y podrían ser incluidos en nuestra dieta diaria, como: frijoles, lentejas, amaranto, nueces y almendras, algas, higos, dátiles, duraznos, jugos de vegetales, entre otros.

Además, es importante evitar alimentos altamente procesados, refrescos o gluten lo más posible para mejorar nuestra salud. Y es recomendable acudir con un médico si alguno o más de uno de los síntomas se presentan para recibir el tratamiento adecuado.

¿Cómo reducir los síntomas de la gastritis?

La gastritis es un padecimiento común en México debido al gran consumo de alimentos ricos en grasas e irritantes, tabaco, alcohol, medicación prolongada o el estrés.

Es una enfermedad en la mucosa gástrica, que es la capa que protege al estómago de los ácidos gástricos y provoca dolor en la parte superior del estómago, acidez, náuseas y vómito, e incluso ausencia de hambre.

Hay algunas recomendaciones que pueden tomarse en cuenta para disminuir los síntomas que esta enfermedad ocasiona como, por ejemplo:

  • Tomar de litro y medio a dos litros de agua diariamente
  • Evitar alimentos muy fríos o muy calientes.
  • Realizar tres comidas fuertes al día con dos refrigerios.
  • Evitar irritantes (cítricos, picantes, café, alcohol o refrescos)
  • Evitar los ayunos prolongados
  • Evitar el cigarro

Se recomienda que los alimentos se cocinen a la plancha, al horno o hervidos. Además, se debe incluir en la dieta alimentos como pasta, arroz y pan blanco, pues tienen un efecto anti inflamatorio y calmante. Las verduras cocidas y sin piel, en especial la zanahoria y la calabaza, neutralizan la acidez.

Es aconsejable mantener hábitos de vida saludables y cuidar la forma de comer para aminorar los síntomas lo más posible.

 

Sazonar alimentos

Los condimentos son los ingredientes que adhieren color, sabor y sazón a nuestra comida y existen muchas opciones naturales que se pueden utilizar para cocinar saludablemente.

  • Picante: es un antiinflamatorio.
  • Ajo: refuerza el sistema inmunológico
  • Pimienta: mejora la digestión y la calidad de piel
  • Sal de mar: alto contenido en minerales.
  • Hierbas: como el cilantro, perejil, albahaca, laurel, comino, romero, entre otros. Contiene vitaminas y minerales.
  • Jugo de limón: sustituto para el vinagre y la sal.

Es recomendable evitar sazonar con grandes cantidades de sal y con cubos o polvos sazonadores, ya que contienen conservadores, colores artificiales, sal yodada y glutamato mono sódico, todos éstos son compuestos químicos que no aportan ningún nutriente a nuestro cuerpo, pero si puede producir reacciones.

Algunos tips que evitan que agreguemos sal excesivamente a nuestros alimentos son:

  • Añadir sal a la comida cuando ésta esté terminada, no en la preparación.
  • Sustituir la sal por otro condimento cuando sea posible.
  • Elegir alimentos con menor contenido de sal.

Cena ligero y temprano

La clave para una cena saludable que ayude a nuestro organismo a absorber todos los nutrientes necesarios y evitar el aumento de peso, es cenar temprano y ligero. Una cena equilibrada deberá llevar:

  • Una parte de vegetal.
  • Una pequeña parte de cereal, como pan integral.
  • Proteína baja en grasas: huevo, legumbres o queso fresco.

En cambio, es importante evitar alimentos con grasas saturadas, con exceso de sal, los azúcares naturales y procesados, y los estimulantes como el café, pues evitan un correcto descanso.

La hora adecuada para cenar es entre 8 y 9 de la noche ya que permite la digestión apropiadamente. Algunos de los beneficios que serán notorios aplicando esta rutina son:

  • Mejorar la concentración
  • Mejor descanso
  • Más energía al día siguiente
  • Prevenir enfermedades
  • Prevenir el envejecimiento
  • Disminuyes tu estrés
  • Pierdes grasa

Además, previenes el estreñimiento, la retención de líquidos, y el aspecto cansado en el rostro.

Debemos recalcar que cada persona debe establecer una comida balanceada de acuerdo a sus necesidades por lo cual es importante que se consulte con un nutricionista.