Descubre las alternativas para evitar el plástico de un solo uso.

Como su nombre lo dice, los plásticos de un solo uso son los que están destinados para cumplir su función y luego se desechan, además, muchos de ellos son imposibles de reciclar. Debemos entender que el plástico no es biodegradable sino fotodegradable, es decir, que se va descomponiendo poco a poco en pequeños fragmentos llamados “micro plásticos”. Estos micro plásticos son realmente dañinos en el medio ambiente, por esta razón es tan importante comenzar a usar alternativas más amigables.

Entre los plásticos de uso único más comunes se encuentran las bolsas de plástico, los envases de detergentes, los envases para transportar comida y alimentos, los productos de higiene intima femenina, y los productos de higiene personal, los desechables de plásticos, entre otros.

Poco a poco es posible realizar los cambios necesarios para crear un impacto positivo en el medio ambiente, por ejemplo, ya existen en el mercado popotes de bambú o acero, las bolsas de plástico para ir al supermercado se sustituyeron por bolsas de tela, es posible cambiar los cubiertos de plástico por cubiertos hechos de bambú, evitar comprar agua embotellada, comprar alimentos a granel en lugar de los previamente empaquetados, comprar detergentes o limpiadores tamaño jumbo para evitar usar tantos recipientes o botes.

Unos datos importantes a considerar es que los envases “tetra pak” son muy difíciles de reciclar, pues se adhiere cartón plastificado, lo que es más complicado separar. Otro tipo de plástico difícil de reciclar, son los envoltorios metalizados de dulces o alimentos.

Peligros de la basura tecnológica

El creciente avance en la tecnología y la constante mejora en los dispositivos tecnológicos, ha causado que se genere una gran cantidad de desechos tecnológicos, según datos de PNUMA -Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, calcula que se generan alrededor de 50 millones de toneladas de basura tecnológica al año. Todos estos desechos contienen una gran variedad de materiales que son altamente dañinos para el medio ambiente y para la salud de la población.

Metales como mercurio, plomo, cromo o cadmio, son algunos de los más pesados. Por ejemplo, el mercurio y el plomo pueden ocasionar daños en el cerebro y el sistema nervioso, al cromo se le ha relacionado con afecciones a los riñones y a los huesos, el cadmio provoca infertilidad, por mencionar algunos. Pero además de estos metales contaminantes, de la basura tecnológica se puede extraer algunos otros metales preciosos como: plata, oro, cobre y paladium.

Es nuestra responsabilidad concientizarnos del daño que causamos con la tecnología que vamos dejando de lado y hacer algo al respecto, en nuestros hogares podemos empezar a ubicar todos estos desechos, separarlos, buscar algún punto de recolección especializada y donarlos a programas de reciclaje y adecuación. Esto permitirá no sólo ayudar al medio ambiente, si no que se aprovecharán los restos para tratarse y producir nuevas materias primas y nuevos equipos.

Tips para ser ecológicos en la oficina

A través de los años se nos ha pedido ser socialmente responsable con el medio ambiente, a veces se nos olvida que los recursos se pueden terminar si no comenzamos a cuidarlos. Incluso en nuestro trabajo, donde pasamos un tercio de nuestra vida, podemos ir adaptando acciones que pueden tener un efecto positivo en nuestro planeta.

  1. Evita los documentos en papel. Comienza a digitalizar los documentos o archivos importantes, no sólo reduciremos el consumo de papel y tinta, si no que se utilizara menos espacio para archivo.
  2. Crea zonas de reciclaje. Puedes comenzar con un área común como el comedor, utiliza diferentes contenedores para separar los desechos que puedan producirse.
  3. Evita el consumo innecesario de energía. Desconecta los aparatos que no se usen o estén en stand by, apaga las luces que no se utilicen, empieza a usar luz natural o bombillas de bajo consumo y apaga el monitor durante la hora de comida. Estas pequeñas acciones que no toman mucho esfuerzo pueden ayudar a reducir el consumo energético.
  4. Mantén una temperatura estable. Los aires condicionados y las calefacciones suelen utilizar la mayor parte de la energía que se consume en la oficina, por ello es recomendable dejarlos a una temperatura estable. En temporada de invierno la temperatura ideal serían 20°, mientras que en verano debería estar en los 24°. Se calcula que cada grado extra de refrigeración representa un incremento de consumo de energía del 7%.
  5. Adquiere productos responsables con el medio ambiente. Si requieres comprar papel que sea papel reciclado, ya que cada tonelada de este papel equivale a un ahorro 270.000 litros de agua. También puedes utilizar cartuchos de tinta reutilizables.
  6. Promueve el uso de sus propios refractarios y termos para evitar el consumo de desechables.

Practica estas acciones que no cuestan mucho y motiva a tus compañeros a realizarlas.